La pandemia provocó un incremento en el desempleo. Lo cual derivó en el crecimiento exponencial de las “nenis”: microemprendedoras que comercian a través de las redes sociales.

Hace algunos meses, dichas mujeres, fueron objeto de ataques y burlas en redes sociales, sobre todo de hombres que, tras el cobarde anonimato de una cuenta falsa, evidenciaron ser presas del machismo y los estereotipos de género. Ellas, mujeres trabajadoras, que buscaron salidas laborales ante la crisis, respondieron los ataques con valentía, argumentos y cifras que las respaldan. Y luego hicieron suyo un término en principios peyorativo. Con este reportaje tratamos de ponerle rostro a esas microemprendedoras, quienes, durante la pandemia, se empoderaron y dieron lecciones de resiliencia. 

Por: Alma Gómez

A raíz de la crisis sanitaria, alrededor del 72% de las mujeres se quedaron sin empleo. Tan solo durante el primer trimestre de 2021, de acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), 1.6 millones de personas salieron de la fuerza laboral, de las cuales, un millón 363 mil 287 (84%) fueron mujeres.

El sector terciario ha sido uno de los más afectados por la pandemia, ya que su personal ocupado descendió 1.9 millones, debido a que en dicho rubro se integra el comercio.

mujeres trabajando
Foto de Firdaus Roslan en Unsplash

Yvette Mucharraz y Cano, directora del Centro de Investigación de la Mujer en la Alta Dirección (CIMAD), del IPADE, en entrevista con Mejores Empleos, sostiene que el sector terciario tiene una participación femenina del 56% y confirma que este ha experimentado una afectación importante en cuanto a la actividad económica. También subrayó que, aunque los números de informalidad presentaban un descenso, la llegada de la pandemia generó una tendencia desfavorable. 

Las mujeres se empoderan durante la pandemia

José Ignacio Martínez Cortés, coordinador del Laboratorio de Análisis en Comercio, Economía y Negocios de la UNAM, evidenció a través de un análisis que como consecuencia de la emergencia sanitaria, muchas mujeres se vieron obligadas a migrar a la economía Neni y se volvieron microemprendedoras. Lo cual cobró mayor relevancia respecto al autoempleo, ya que ha funcionado como una fuente de ingresos para casi 13 millones de hogares. 

El término ‘Neni’ se ha utilizado despectivamente, principalmente en canales digitales, para hacer referencia a las microemprendedoras que se autoemplean al vender distintos artículos por internet, generalmente por medio de redes sociales.

El surgimiento de este concepto se dio de forma irónica, para hacer referencia al trato que estas vendedoras tienen con sus clientes, a quienes se dirigen con palabras como “nena”, “linda”, “hermosa”, etc.

nenis redes sociales
Foto de Jenny Ueberberg en Unsplash

En este aspecto, Rodrigo Elizondo, vocero de la academia de negocios para mujeres Victoria147, argumenta en una entrevista que estas microemprendedoras son expertas en temas de experiencia del usuario. Debido a que el nivel de Customer Care que utilizan no se compara con el de ningún otro negocio, debido a que han aprendido a crear reputación de marca y a lograr la fidelidad de sus clientes, aunque muchos usuarios se burlen de sus métodos de negociación. 

Pese a que muchas mujeres han recurrido a la ‘economía Neni’ para hacerle frente a la actual crisis, encaran distintas desventajas como el bajo acceso a la seguridad social y al empleo digno, tal como lo advierte Mucharraz y Cano.

El boom de las redes sociales, una oportunidad

Las mal llamadas ‘Nenis’ no son otra cosa más que microemprendedoras, como cualquier otra persona que decide autoemplearse, a través de las redes sociales, para generar un ingreso que le sirva como sustento económico.

Para Rodrigo Elizondo, las ‘Nenis’ son microemprendedoras resilientes, que están interesadas en cambiar su ecosistema de manera inmediata. “Definitivamente, no es solo por ahora, es algo que viene desde hace mucho tiempo. Las mujeres encuentran en el emprendimiento una solución para poder continuar con su vida laboral, sin sacrificar otros aspectos de sus vidas”, asegura.

nenis-redes-sociales
Foto de Jenny Ueberberg en Unsplash

Al respecto, detalló que se ha comprobado que cuando las mujeres se embarazan, entre el 56 y el 60% no regresan a sus condiciones de trabajo, y no por ya no quieran, sino porque las empresas las orillan a hacerlo, debido a la falta de flexibilidad laboral y ante la escasez de adaptabilidad en los espacios. “Muchas mujeres acaban cortando su trayectoria laboral por estos temas”, afirma.

Abigaíl Hernández, una mujer chinampeca de 40 años, asegura que tuvo que elegir entre su profesión como bióloga y su maternidad. Ella relata que, al formar una familia, llegó a un acuerdo con su esposo, para que él se encargara de proveer lo necesario para el hogar, mientras ella se dedicaba por completo a su casa. Destacó que tras la llegada de su segunda hija encontró más razones para ocuparse por completo de su hogar y de su familia.

Selvática, el nacimiento de una emprendedora

Abigail no solo es una de las tantas mujeres que tuvo que hacer una pausa en su trayectoria laboral, también es un gran ejemplo de emprendimiento. Debido a la situación económica, tuvo que retomar sus labores como profesionista, pero al darse cuenta de que los esquemas laborales convencionales no se empalmaban con sus necesidades de cuidado familiar, buscó una alternativa para apoyar con los gastos del hogar, ya que su esposo se había quedado sin empleo y sus ahorros se habían agotado.

selvatica
Cortesía de Selvática.

Su idea de negocio surgió a raíz de las complicaciones que enfrentó para atender un problema dermatológico que presentaba una de sus hijas. Y, al no contar con los recursos suficientes para costear los tratamientos necesarios, decidió aplicarle un aceite de coco que le brindó uno de sus familiares, como parte de un tratamiento orgánico, para resolver los problemas en la piel de la pequeña.

Después de que notó resultados positivos, de percibir que tenía un excedente de esta materia prima y de sentirse ceñida por las necesidades económicas, decidió dar un salto hacia el emprendimiento, sin saber que este se convertiría en Selvática, una empresa que comercializa productos orgánicos para el cuidado de la piel.

El inicio de un gran proyecto

Con una inversión de 200 pesos, Abigail compró envases para vender el aceite de coco en un tianguis y en un mercado orgánico, pero no tuvo tanto éxito como esperaba. Sin embargo, recuerda que una amiga le platicó que también podía venderlo a través de Facebook y fue así como comenzó a publicar este producto y notó que las ventas arrojaron resultados alentadores.

“Descubrí una maravilla, porque comencé a contactarme con más gente de la que yo conocía. Ahora mis productos han llegado a lugares que no conozco y todo gracias a Facebook y al alcance que tiene”, cuenta.

“A veces a mí misma me cuesta reconocer lo que hemos logrado, pero también tengo que decir que no lo he hecho sola, las personas que se han ido uniendo al equipo son las que han hecho posible el crecimiento. Cada persona que se ha incorporado ha sido importante para que esto crezca”.

Abigaíl Hernández, fundadora de Selvática.

Como muchas otras mujeres, Abigal comenzó a crear los productos de Selvática desde su cocina, pero gracias al éxito que ha obtenido su negocio, han logrado establecer dos tiendas físicas y construir su propio taller.

Aunque al principio no creyó que algún día le fuera posible emplear a otros, actualmente 13 personas laboran con ella de manera directa, además cuenta con un vínculo de 17 productores de materia prima, en los cuales se emplean alrededor de 50 personas.

Además, compartió que cuentan con un canal en YouTube en el cual lanzaron la iniciativa llamada “Crecemos Juntos”, que tiene como intención dar a conocer los productores con los que trabaja Selvática, para que otras personas los puedan contactar y así generen una mejor economía.

El crecimiento de la comunidad femenina

La mayoría de los trabajadores de Selvática son mujeres. “Este es un tema que a mí me importa bastante y me mueve mucho. Me he dado cuenta que una jefa de familia es mucho más responsable y le pone toda la energía. Además soy mamá y sé lo complicado que es tener un trabajo en donde puedas atender a tu familia, sin dejar de lado tu vida profesional”, expresa.

Por otra parte, también destacó que después de un año de que Selvática arrancara sus operaciones, su esposo se integró al negocio para apoyarla por completo.

productos organicos

Para Abigail, detrás de cada ‘Neni’ hay una mujer fuerte que no tiene miedo a iniciar un negocio, ni de que la critiquen o se burlen de ella, señala que detrás de cada una de estas microemprendedoras hay una familia y una serie de necesidades que se buscan satisfacer. 

En este sentido, Rodrigo Elizondo puntualiza que cuando las mujeres ven crecer sus emprendimientos, detectan las posibilidades de contratar a otras mujeres, lo cual permite que la brecha se empiece a recortar.

“Cuando una mujer asciende, crea una empresa o tiene la posibilidad de crecer en su ámbito profesional, jala a otra mujer, a la posición que ella tenía.

Rodrigo Elizondo, vocero de Victoria147.

En Victoria 147 nos hemos dado cuenta que entre nuestras emprendedoras, por cada 10 empleados, seis son mujeres. Tienen mucha más tendencia a contribuir entre ellas mismas, a cooperar, a que el sistema económico se empiece a fortalecer a partir de más mujeres”, enfatiza.

Esta premisa se refuerza con Anayanzi Hernández, una joven de 23 años que a pesar de haber concluido su licenciatura en psicopedagogía, aún no ha logrado colocarse en el sector laboral como profesionista a raíz de la pandemia, pero quien argumenta que ha mantenido el microemprendimiento que inició por necesidad, luego de saber que estaba embarazada, mientras cursaba el quinto semestre de su carrera universitaria.

DINO BAZAR, EJEMPLO DEL EMPRENDIMIENTO

Anayanzi cuenta que, mientras cursaba la universidad, ella y su pareja vendían paletas de hielo y dulces, como muchos otros de sus compañeros, pero recuerda que una amiga la animó a vender lencería. Aunque admite que, al inicio, experimentó cierta vergüenza, decidió emprender su propio micronegocio para hacerle frente a cualquier emergencia que pudiera presentarse durante su embarazo.

ropa segunda mano
Foto de Alyssa Strohmann en Unsplash

Enfatizó que gracias al apoyo de su mamá, quien le prestó el capital para iniciar su negocio, comenzó a vender lencería en la universidad en donde estudiaba. Y más tarde, se sumó al comercio electrónico, por medio de una página en Facebook, lo cual le ayudó a expandir su bazar para también vender ropa de segunda mano. Con la ayuda de su pareja logró crear la imagen gráfica que Dino Bazar mantiene en sus redes sociales.

Para Anayanzi, ser ‘Neni’ no es un trabajo, se ha convertido en una actividad que disfruta porque le permite pasar tiempo con su hija y contribuir con los gastos del hogar.

“Me siento orgullosa de lo mucho o poco que he logrado con ser ‘Neni’. Por apoyar económicamente a mi familia y por haber encontrado amistades que me llenan el alma”.

Anayanzi Hernández, fundadora de Dino Bazar.

La fundadora de Dino Bazar admite que ha ayudado a otras mujeres que se dedican a vender por Facebook, al compartir las publicaciones en donde promocionan sus productos, para fomentar las ventas de otras microemprendedoras. “Muchas somos mamás, por eso las apoyo. También les brindo asesorías de estimulación temprana en crianza respetuosa y les comparto tips”, reveló.

ropa segunda mano
Foto de Alyssa Strohmann en Unsplash

Aunque admite que en algún momento experimentó cierta molestia por la etiqueta ‘Nenis’, reconoce que se trata de mujeres que siempre buscarán una manera de salir adelante.

¿Cómo crecer los microemprendimientos?

Datos del Censo Económico 2019, realizado por el Inegi, evidenciaron que el 36.6% de las pymes en México son emprendimientos impulsados por mujeres.

“El principal reto es apoyarlas para que sus negocios no mueran pronto, para que puedan crecer y generar empleo para otras personas. Es fundamental facilitarles información para que tengan negocios exitosos».

Yvette Mucharraz y Cano, directora del Centro de Investigación de la Mujer en la Alta Dirección (CIMAD), del IPADE.

De acuerdo con Martínez, las emprendedoras suelen dedicarle prácticamente las 24 horas del día, los siete días de la semana a este autoempleo y no todas cuentan con un punto de venta fijo. 

En este mismo sentido, Elizondo afirma que el principal apoyo que requieren las microemprendedoras se relaciona con la capacitación. “No todas las mujeres tienen ese acompañamiento y justo es lo que necesitan para formalizar sus negocios”, reafirmó. 

Debido a que gran parte de las mujeres inicia su propio negocio por medio redes sociales como Facebook, esta plataforma se ha enfocado en generar las herramientas necesarias para apoyar el crecimiento de tales microemprendimientos, por ello, lanzó el movimiento  #CómpralesAEllas, para impulsar a las pymes lideradas por mujeres.

emprendedoras redes sociales
Foto de Christina @ wocintechchat.com en Unsplash

#EllaHaceHistoria, una herramienta para el empoderamiento

El objetivo es fortalecer los negocios de las microemprendedoras tres sentidos: visibilidad, empoderamiento, además de educación y buenas prácticas. Esta iniciativa se desprende del programa #EllaHaceHistoria, el cual se puso en marcha desde 2016 para que mujeres como Abigail o Anayazin aprovechen la economía e internet, a través de capacitaciones en habilidad digitales.

#EllaHaceHistoria es un programa de empoderamiento femenino que tiene como fin apoyar, educar e inspirar a las mujeres para que inicien su propio negocio.

mircroemprendedoras redes sociales
Foto de Christina @ wocintechchat.com en Unsplash

Hasta 2020, este se ha capacitado a más de un millón de mujeres en 38 países. Si algo ha quedado claro, es que a pesar de las adversidades y de las barreras que enfrentan día con día las microemprendedoras, siempre son capaces de mirar hacia adelante y de usar las condiciones a su favor para lograr cada uno de sus sueños.

Tal como lo advierte la fundadora de Selvática, “Las mujeres utilizan las situaciones difíciles para sacar las fortalezas que ni ellas mismas conocen, para salir adelante. Selvática es para mí el camino que no sabía que podía alcanzar. Creamos en lo que estamos haciendo y concentrémonos en atender lo que ignoramos para emprender”.