Entrevista a Mónica Flores
Directora General de ManpowerGroup Latinoamérica
“En cuestión de liderazgo femenino a nivel mundial, las mujeres tienen todavía un trecho muy largo por recorrer al tratar de alcanzar posiciones de alta gerencia, dirección o al participar en los consejos directivos; en parte, este hecho se debe a cuestiones de enfoque social y cultural propias de cada país; sin embargo, hay otra parte que corresponde a las propias mujeres, me refiero a su responsabilidad de potenciar su desarrollo profesional” -indicó Mónica Flores Barragán, Directora de ManpowerGroup Latinoamérica al responder ¿por qué son escasas las mujeres que ocupan puestos de alta dirección en México?
¿Qué se necesita para que haya más mujeres líderes?
Respecto a la cultura empresarial, aún prevalece el llamado techo de cristal que impide a las mujeres alcanzar puestos de liderazgo o mejores posiciones laborales; es evidente que se requiere trabajar en la promoción de temas y políticas de equidad de género al interior de las organizaciones, así como fomentar la diversidad; pero en especial, trabajar en empoderar a las mujeres para que ellas mismas asuman la responsabilidad de seguir sus sueños y potenciar su desarrollo profesional.
He visto casos donde son las propias mujeres quienes no aprovechan la oportunidad de crecimiento en sus empresas por evitar tener problemas de pareja o evadir mayores compromisos como salir de la ciudad o acudir a comidas/cenas o eventos vinculados al trabajo, sin comprender que ese mismo networking puede ser el que fortalezca y les permita proyectar su futuro profesional. La mujer buscará “brincarse” las oportunidades si no es consciente de que un ascenso en la organización puede implicar dedicar más tiempo a las responsabilidades o un mayor número de viajes, no obstante es posible encontrar equilibrio en todo esto.
Asimismo, una mujer debe aprender a levantar la mano y saber pedir o manifestar su opinión a sus jefes o superiores. Se dice que cuando los hombres tienen su primer empleo, el 57% de éstos ya pidió aumento de sueldo en sus dos primeros años de trabajo; en cambio las mujeres no hacen esto porque se ponen una barrera psicológica que les impide tomar el liderazgo.
Culpabilidad, el enemigo a vencer de las mujeres
Pareciera ser que las mujeres tienen un chip mental que las hace sentirse culpables de todo. De las mujeres encuestadas por ManpowerGroup, el 55% de las mujeres con formación académica que no tenía empleo, se sentía culpable por no aprovechar su educación ni aportar al ingreso familiar y/o sentir que no eran perfectas amas de casa. Sin embargo, aquellas que trabajaban se sentían culpables por no pasar tiempo con los hijos, por no atender la limpieza y el cuidado del hogar o por creer que no dedicaban suficiente tiempo a sus asuntos familiares. La solución es abordar este tema con sus parejas puesto que son decisiones y elecciones que deben tomarse según las proyecciones de vida de cada persona.
Las mujeres deben reconocer que son capaces, cuánto valen y qué es lo que quieren.
¡A romper estereotipos!
Una mujer exitosa que trabaja no debiera vivir dos personalidades: ser tierna y linda en casa y al entrar el ámbito laboral y para poder ejercer su liderazgo, convertirse en dura, determinante y firme, como si se tratara de dos personas completamente diferentes. Se tiene que aprender a vivir el liderazgo desde la feminidad; es poco motivante cuando una mujer se expresa de su éxito profesional como si llegara a éste a través de sacrificios. Un puesto de liderazgo siempre resultará retador y se puede vivir con un amplio sentido de plenitud y felicidad.
El mundo cambia, los roles… ¡También!
El doble ingreso va haciéndose indispensable en las familias actuales y esto favorece aún más la incursión de la mujer en el ámbito laboral. Asimismo, con el acceso a tanta información, las expectativas de vida en pareja y en familia son aún mayores e incluyen viajar o aspirar a tener mayores comodidades.
He ahí la importancia de que las mujeres tengan comunicación real con su pareja –si es que deciden tenerla- y se pongan de acuerdo en todo lo que comparten: las tareas del hogar, la economía y el cuidado de los hijos. ¿Por qué no permitir participar al esposo en la crianza de los hijos? No hay nada de malo que la pareja sea quien se quede en casa.
La dinámica moderna permite a la mujer empoderarse y subir en su organización, por lo que puede llegar la ocasión en la que deban decidir si conviene que el hombre sea quien tenga que renunciar a su trabajo si el potencial y crecimiento profesional logrado por su pareja fuera mayor.
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- En Latinoamérica, sólo entre el 1 y 2% de los CEOs de las mayores compañías son mujeres. Talento de hombres y mujeres: retos y oportunidades, Catalyst 2013
- En 2012, las mujeres contribuyeron con su trabajo a reducir 30% de la pobreza extrema en Latinoamérica y el Caribe. The Effect of Women’s Economic Power in Latin America and the Caribbean 2012, World Bank
- Los hogares donde las mujeres contribuyen económicamente con más del 75% de los ingresos, muestran niveles más altos de escolaridad en sus hijos. Why the Work Is Not Over For Latin America’s Women Entrepreneurs, 2013
- Las empresas con mayor cantidad de mujeres obtienen 34% más de ganancias. International Monetary Fund. Women, Work, and Economy: Macroecnomic Gains from Gender Equity